miércoles, 21 de marzo de 2012

HIPOPOTAMO INTENTA SALVAR A UN IMPALA


AQUÍ SE VE DONDE UN HIPOPÓTAMO SALVA A UN IMPALA PERO POR DESGRACIA EL POBRE IMPALA NO TUVO SUERTE Y ES UN VIDEO MUY TRISTE PERO INTERESANTE PORQUE HASTA LOS ANIMALES AMAN DE CORAZON MIRENLO.

DOGO ARGENTINO

Dogue argentin.JPG
 El dogo argentino es una raza canina, creada por el médico argentino Antonio Nores Martínez, buscando un animal adecuado para la caza mayor de especies habituales en Argentina, tales como jabalíes, pecaríes, pumas zorros colorados.
El dogo argentino es la única raza canina que ha sobrevivido de las que fueron desarrolladas en la Argentina (véanse al pie las dos razas extintas). Su creador, el Dr. Antonio Nores Martínez, la definió como: «el mejor perro entre todos los perros de presa y el de más presa entre todos los perros del mundo».
          


En la década de 1920, Antonio Nores Martínez (ayudado por su hermano Agustín, su padre Antonio y tíos) decidió crear una raza de presa que reuniera las mejores cualidades del perro de pelea cordobés, pero con unas dimensiones y una fuerza física superiores. Además, se propuso lograr un perro que tuviese aptitudes para la caza en jauría, especialmente de jabalíes, pero que fuese capaz de batir o parar él sólo a la presa en combate hasta la llegada de su amo o el resto de la jauría.
Antonio utilizó como base al "perro de pelea cordobés", una mezcla de razas introducidas en la Argentina por los residentes ingleses, bull terrier y bulldog, con razas que habían traído los españoles, alano español y mastín español. A estas cruzas, que resultaban imbatibles en las peleas de perros, Antonio le sumó líneas de sangre bull terrier y Mastín del Pirineo. Así, en la decimotercera generación, Antonio se dio cuenta que había creado una "máquina de guerra" perfecta, un perro de combate invencible. Los perros blancos de Antonio se hicieron famosos pues ningún otro perro podía vencerlos en los rings. Se crea así la familia Araucana. Luego Antonio se propuso legalizar el perro que había creado, porque los combates, pese a ser su pasión, estaban prohibidos en todo el mundo. Por otra parte, le fascinaba la idea de poder cazar directamente con un perro que levantara, siguiera y capturase la presa. La familia Araucana no servía para la caza debido a que eran muy agresivos entre si, muy pesados en relación a su altura y carecían de olfato. Entonces Antonio introdujo sangre Pointer, creando la familia Guaraní. Estos dogos mantenían el espíritu luchador de la familia Araucana, pero eran más resistentes para perseguir la presa, tenían mejor olfato y se podía lograr que no se pelearan.
Transcurrieron varios años de cruzamientos, selecciones y adecuada gimnasia funcional hasta que hacia finales de la década de 1940, Antonio logró consolidar al dogo argentino actual, reconocido como el perro de caza mayor por excelencia.