Las serpientes
Las serpientes u ofidios son una clase de animal invertebrado clasificado como reptil, y descendiente cretácico de una clase de lagarto sin determinar que por motivos desconocidos prescindió de extremidades.
Las serpientes se caracterizan por su cuerpo alargado y por, como ya hemos dicho, no tener extremidades. Algunas especies tienen una mordedura venenosa, y en ocasiones letales para el ser humano. El veneno de sus mordeduras suele ser para matar a sus víctimas antes de ingerirlas, aunque hay tipos de serpientes de tamaño considerable que las ahogan con su cuerpo en vez de envenenarlas.
La piel de las serpientes es escamosa, y recubierta en ocasiones de fluidos corporales que les permiten deslizarse de forma más fácil por superfícies más ásperas. Una de las características más conocidas de las serpientes es que se mudan de piel – es decir, periódicamente, se les cae la capa de piel más antigua en pos de una nueva.
Los órganos de la serpiente son bastante diferentes del resto de los reptiles debido a su estructura tubular, así pues el aparato digestivo y el respiratorios están bastante adaptados y los órganos son bastante pequeños, tanto que en ocasiones pueden llegarle a faltar algunos, como por ejemplo el pulmón izquierdo, sin verse afectadas por ello.
Las serpientes son ovíparas, es decir, se reproducen mediante huevos, y como curiosidad cabe apuntar que a veces la madre carga los huevos dentro hasta que las crias están prácticamente desarrolladas, hecho debido a que los huevos de serpiente son parte de la cadena alimentícia de los ecosistemas en los que se encuentran.
Existen más de 450 de géneros y casi 2.900 especies de serpiente y una gran diversidad distinguida principalmente por el clima. En climas húmedos y frios como los europeos o de zonas del norte, podemos encontrar especies comunes en bosques y cuencas, que no suponen amenazas para el ser humano.
Es en climas tropicales y parajes exóticos en los que encontramos las espécies más peligrosas: cobras, serpientes del coral, mambas y serpientes marinas. Todas ellas tienen una picadura que transmite veneno neurotóxico, es decir, que afecta al sistema nervioso, y son potencialmente mortales para los humanos. En pantanos y ríos del áfrica tropial, selvas asiáticas y la amazonia encontramos las boas, anacondas y pitones, unas especies peligrosa debido a que gracias a su gran tamaño y enorme fuerza, puede estrangular y comerse un ser humano, a pesar de que prefieren otro tipo de presas y por motivos obvios nunca se han registrado este tipo de casos.
Además, las serpientes siempre han tenido una cierta simbología tanto en religiones como culturas. En algunas como el cristianismo o el islam, la serpiente representa a Satán, al Diablo. En el cristianismo, además, es la culpable de la expulsión del hombre del Jardín del Edén al tentarle con la manzana prohibida. En Oriente, la serpiente era y es considerado un animal sagrado, divino y protector contra las energías negativas, que representa fuerza, energía y sabiduría. Y en la cultura Egipcia, la cobra era considerada la “Señora dell Cielo”, la representante del sol, la pasión y el calor. A la vez, la Apófisis, otra serpiente, era símbolo de las fuerzas maléficas el infierno. En Roma, la serpiente era la representación de Esculapio, dios de la medicina, y de Quetzalcoatl, el conocido Dios Maya. Además, en muchas otras culturas y mitologías se alude al basilisco, una serpiente gigante con poderes sobrenaturales como la petrificación y unos ojos que otorgaban la muerte a quién los mirase directamente.
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