Las tortugas
La parte más importante del esqueleto de las tortugas es el caparazón. El esqueleto hace que la respiración sea imposible por movimiento de la caja torácica por medio de músculos abdominales modificados que funcionan como el diafragma de los mamíferos y por movimientos de bombeo de la faringe.
El metabolismo de las tortugas es muy lento, inclusive, las especies acuáticas, pueden permanecer sin respirar durante mucho tiempo.
En climas templados todas las especies hibernan regularmente.
La reproducción de las tortugas es ovípara y la incubación se realiza en nidos que ellas mismas excavan en tierra firme, en donde el calor necesario es aportado por radiación solar.
Una de las características principales de las tortugas es su longevidad: Una de las tortugas que se sabe vivió más tiempo es la de Charles Darwin llamada Harriet, que nació en 1830 y murió el 25 de junio de 2006, es decir vivió 175 años.
Hay tortugas de hábitat terrestre, marino y de agua dulce, así como también una gran cantidad de especies con hábitats semi-acuáticos: pasan una parte del tiempo en tierra firme y otra parte en agua dulce. Las de hábitat terrestre presentan dedos libres normales, mientras que las de los hábitats acuáticos tienen las extremidades transformadas en aletas o bien los dedos unidos por una membrana, para una mejor movilidad.
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